Un alumno me reprochaba la excesiva importancia que daba a su lenguaje corporal en un “roll playing” de gestión de conflictos. Es una herramienta muy potente que desaprovechamos.
Todos hemos expresado en alguna ocasión aquello de “me da mala espina”. No sabemos el motivo, pero en cuestión de segundos algo en la expresión corporal de una persona la expulsa de nuestro círculo. El lenguaje corporal y su comprensión es espontaneo en todos nosotros. Para reclutadores en procesos de selección, expertos en negociación, formadores, abogados, etc. es indispensable.
[bctt tweet=”Las cruzadas para el Medievo y otros temas del lenguaje corporal en entrevistas de trabajo” username=””]
En la entrevista de selección, un pequeño error en nuestro lenguaje corporal podría significar no continuar en el proceso. Para un reclutador acostumbrado a captar la más mínima de las cientos de señales no verbales que emitimos en cualquier situación, nuestros gestos son una fuente más de información como el currículum, la carta de presentación, etc.; quizás una fuerte más importante ya que es espontánea y demuestra nuestras verdaderas emociones.
1. Muéstrate espontáneo
Conocer la relevancia de nuestro lenguaje corporal no puede llevarnos al paroxismo de intentar ocultar nuestras manos o nuestra manera habitual de ser. Con independencia de lo que reflejo abajo, la primera regla es la naturalidad, ser uno mismo, el convencimiento y seguridad de poder acceder al puesto.
2. Saluda
Con ganas y energía. Meses esperando una buena entrevista y un puesto atractivo, ya están en tu mano, debes irradiar positivismo. Saluda en un tono alto y claro que transmita seguridad, diciendo tu nombre y apellido, dando las gracias por recibirte y el tiempo empleado y estrechando la mano con firmeza.
3. Sonríe
El puesto o el tipo de proceso no modifica esta premisa: tenemos que sonreír. No carcajees, no fuerces. Simplemente una sonrisa que muestre seguridad, paz interior y alegría de vivir. Esa sonrisa debe expresar que esa entrevista es para ti el centro.
Ten la habilidad de esperar unos segundos para ver donde se sienta tu interlocutor y dirige una leve mirada donde crees que debes sentarte para que te lo confirme.
En el momento de tomar asiento, recuerda lo que tu madre te decía años atrás: siéntate con la espalda recta, mantente erguido y con las manos siempre encima de la mesa.
5. Las “cruzadas” para el Medievo
Cruzar brazos o piernas tiene distintos significados en función de otros elementos de tu postura corporal, pero, en general, la interpretación de las “cruzadas” es negativa. Evítalas, incluso aunque te pueda el cansancio o la introducción del reclutador sobre la empresa o el puesto sea más largo que “Lo que el viento se llevó”.
6. “Si me quieres matar, mírame”
Mayor error en una entrevista de selección: no mirar a nuestro interlocutor. Las personas que no mantienen la mirada no son de fiar. En todo momento, por favor; pero, sobre todo, cuando hables.
7. Gesticular: claro que sí
¡Por supuesto!. No vamos a quedarnos erguidos, sonriendo, con las manos encima de la mesa y manteniendo la mirada. Pareceríamos una especie de monigote maquiavélico. Tenemos que acompañar nuestro discurso con nuestra voz y nuestros gestos, pero nunca para ocultar nuestra argumentación, sino para reforzarla.
Desecha los nervios en la entrevista. Estás preparado, tienes el conocimiento y la experiencia, has estudiado la empresa, el puesto y buscado a tu entrevistador en las redes sociales. Lo sabes todo. Estás listo. Esa tranquilidad hará que tu lenguaje corporal acompañe tu paz interior. Pero, pero … nunca está de más ensayar en casa. No tengas miedo a ponerte frente al espejo y practicar gestos o expresiones. Toda gran obra lleva su tiempo y sus ensayos.
Disfruta trabajando una mejor versión de ti mismo con un lenguaje corporal que refuerce tu candidatura y tu excelente trayectoria académica y profesional.